Jerarquía en la Antigüedad
- marianagk189
- 23 ago 2018
- 2 Min. de lectura

En la Antigüedad Grecia no logró constituir un estado unificado: cada ciudad se constituyó en un estado independiente, la polis. La polis era una comunidad de ciudadanos que ejerce la soberanía sobre un determinado territorio y que contaba con un ordenamiento jurídico propio, una especie de ciudad-estado.
En su origen, a comienzos de la época arcaica (siglo VIII a. C.), las polis eran monarquías, es decir, estaban gobernadas por una sola persona, el rey. Esta es la época en la que se desarrolla la odisea
Tras la desaparición de los reyes el poder había pasado a un corto número de familias aristocráticas –nobleza-, que monopolizaba la mayoría del territorio. Este sistema político produjo inevitables enfrentamientos entre los nobles y la masa del pueblo.
De estas pugnas intestinas, y ayudada por el nuevo auge del poder militar, surgió la institución de la tiranía. La palabra ‘tirano’ servía para designar a quien se había hecho con el poder y lo retenía sin autoridad constituida legítimamente. Tal título no implicaba juicio alguno sobre sus cualidades como persona o como gobernante, si bien el incontrolado poder militar terminaba haciendo de los tiranos lo que hoy significa esta palabra. De todas formas, la tiranía supuso una forma de gobierno intermedia entre el gobierno de la oligarquía y el gobierno de la ciudad estado clásica.
En las ciudades-estado clásicas, especialmente en las más urbanas y cosmopolitas, la comunidad propiamente dicha la constituía una minoría. La mayoría estaba compuesta por los no ciudadanos -de los cuales los que residían permanentemente en la ciudad recibían en Atenas y en algunos otros sitios el nombre de «metecos»-, los esclavos -clase mucho más numerosa-, y, en general, todas las mujeres. Los no ciudadanos, cualesquiera que fuesen sus derechos, sufrían varias incapacidades en comparación con los ciudadanos y, al mismo tiempo, estaban sometidos enteramente a la autoridad del Estado en que residieran.
El peligro subyacente era que el sentimiento comunitario, con todo y ser muy vivo, se extinguiese debido a la gran desigualdad que prevalecía entre los miembros de la comunidad. La pobreza se hallaba muy extendida, el nivel de vida material era bajo, y había honda división entre los pobres y los ricos. Esta división provocó frecuentemente revueltas y sediciones, que a menudo degeneraban en guerra civil.
Comentarios